Un año más y bajo una gran luna llena, Madrid se vistió de misterio y fantasía, e inundada de amantes del cine de género de terror y ciencia ficción dio paso a la duodécima Muestra de cine fantástico Syfy, celebrada en los Cines Callao el pasado fin de semana. La actriz Leticia Dolera repitió como presentadora del festival y, como de si una reunión de amigos se tratase, contó anécdotas, chorradas, recordó tiempos pasados y no perdió la oportunidad de hablar de su película Requisitos para ser una persona normal, que ya está girando por festivales.
Día 1 en Syfy: Chappie
La muestra comenzó con el preestreno de Chappie, la última película de Neill Blomkamp, director de Distrito 9 y Elysium. Una vez más el sudafricano apuesta por la ciencia ficción, esta vez nos hace testigos del nacimiento de un robot con conciencia humana en un mundo donde las máquinas ahorran trabajo y dinero al ser humano. En gran parte, recuerda a otras cintas como Cortocircuito y Robocop, aunque en esta ocasión podemos ver a un robot más parecido a un bebé y más adelante, adolescente rebelde.
Con una gran factura de efectos especiales, momentos bañados con un humor de extrarradio y con un Hugh Jackman que parece más un boy scout agitanado que un militar de defensa, la película pareció funcionar bastante bien dentro de la muestra, pero cabe la duda de que pueda tener las mismas posibilidades con otro tipo de espectadores.
Día 2 en Syfy: Lo que hacemos en las sombras
El segundo día de la muestra comenzó con Housebound, dirigida por Gerard Johnstone. Kyle es una adolescente delincuente y maleducada que debe cumplir con un arresto domiciliario. Con la vuelta a casa de la joven comienzan ha ocurrir sucesos extraños. A primera vista parecía ser la típica cinta de casa encantada, pero al final, a través de giros y giros de tuerca bien parados y guiños de humor absurdos, consigue sacarte unas cuantas risas.
Tokyo Tribe, dirigida por Sion Sono, musical de hip hop en el que las bandas más peligrosas de Tokio luchan por ver quien es el rey de la ciudad. Sabiendo quien era el director y tras la presentación de Leticia, el público esperaba una cinta loca, pero más que loca fue un sinsentido. Muchos japoneses que no paraban de cantar, un guión que no tenía ni pies ni cabeza… en definitiva, terminas la película sin saber muy bien qué has visto y sin entender absolutamente nada. Bueno sí, que a los japoneses les importa demasiado el tamaño de su miembro viril.
Burying the ex, dirigida por Joe Dante, creador de Gremlins. Comedia de pareja donde el protagonista cansado de su relación con su tediosa novia, decide romper con ella con tan mala suerte que esta es atropellada por un camión. Sin embargo, ella vuelve de entre los muertos para pasar el resto de su vida con él. Comedia romántica que en el fondo hace homenaje a las clásicas películas de terror. No es una maravilla del género, pero entretiene y hace pasar momentos simpáticos.
Antes del plato fuerte de la noche se proyectó el cortometraje Safari de Gerardo Herrero Pereda y que recrea la masacre del instituto Columbine, como anteriormente se pudo ver en el film Elephant. Cortometraje potente, con una fotografía muy cuidada y que dan ganas de ver unas cuantas veces más, a pesar de abordar un tema bastante tocado ya.
Y como se esperaba, lo bueno vino con Lo que hacemos en las sombras, dirigida por Taika Waititi y Jemaine Clement. Cuatro compañeros de piso que son vampiros: Viago, Deacon, Vladislav y Petyr, y que se convierten en los protagonistas de un falso documental donde cuentan el día a día de sus vidas. Cinta que por lo general gustó mucho al público y provocó numerosas carcajadas. Tratar los tópicos de los vampiros con humor e ingenio siempre funciona. Risas aseguradas.
La noche terminó con la sesión trash, este año con la película Hunger of the dead (Hunger Z). En un mundo invadido de zombies, un hombre crea una granja de humanos para alimentar a los zombies. Los humanos reciben todo lo que necesitan a cambio de procrear. Comparada con las elecciones de años anteriores, la falta mínima de factura y que no fuera tan divertida y absurda como pudo ser Dead Sushi en 2013, la cinta no terminó de convencer del todo al público valiente que se quedó a verla e hizo que salieran del cine sin saber muy bien que habían visto.
Día 3 en Syfy: aparece Chris Orchard
El tercer día de la muestra, comenzó con Song of the Sea, segunda película del director Tomm Moore. Nominada a Mejor película de animación, en los pasados premios Oscar, habla sobre el mundo mágico de las selkies, bellos seres que podían transformarse de foca en mujer. Una de las películas que más gustó en toda la jornada, destaca por una preciosa animación 2D de corte tradicional, pero con un gran cuidado y delicadeza. Quizás tarde en enganchar, pero sin duda es un gusto verla.
Goodnight Mommy, dirigida por Severin Fiala y Veronika Franz. Dos hermanos gemelos esperan el regreso de su madre que acaba de someterse a una operación de cirugía estética. La madre ha cambiado mucho, lo que hace que los niños se pregunten si verdaderamente es su madre. Película que promete mucho, pero al final se que queda en algo interesante sin más. Empieza con una presentación de personajes muy buena, que poco a poco va desarrollándose hasta que comienzan a incorporar elementos innecesarios que hacen que la historia pierda interés.
Antes de la siguiente película, se proyectó el cortometraje Sangre de unicornio de Alberto Vázquez: nos presenta a dos adorables y a la vez inquietantes ositos de peluche que se dedican a cazar unicornios para beber su sangre. Utiliza la técnica del dibujo a lápiz y la acuarelas. El color rosa y la sangre crearon una mezcla que dejó al público sorprendido pero gustó mucho el resultado final.
Spring, dirigida por Justin Benson y Aaron Moorhead, relata la historia de un joven cocinero estadounidense que viaja a Italia, donde conoce a una chica de la que se enamora. Sin embargo, ella oculta un terrible secreto. Junto a Crazy Bitches, fue una de las películas que más defraudó al público asistente. Spring se podría describir como la típica película de sobremesa de fin de semana pero con mucho after effects regulero. Hasta casi la segunda mitad de la cinta no se sabe el motivo de su presencia en la muestra.
365, corto dirigido por Greg y Myles McLeod que resume lo vivido durante un año, cada segundo correspondiente a un día. Un corto con sentido dentro de su sinsentido, no se puede decir más de él.
Cub, dirigida por Jonas Govaerts. Un grupo de Boy Scouts va de acampada al interior de un bosque. Allí reside un niño salvaje que junto a un psicópata con el que vive, acabarán con todo el campamento. El plato fuerte del día. Muy buena ambientación y muy buena dirección, pero le falta centrar muchas de las tramas dejando así muchos flecos en el aire. Sin embargo, la sensación general es buena, si que es verdad que se esperaba mucho más de ella, pero te entretiene y te mantiene en tensión.
Por último, Crazy Bitches, dirigida por Jane Clark. Un grupo de chicas de mediana edad van a pasar un fin de semana en una casa rural. Lo que parecía una reunión de amigas se convertirá en una pesadilla cuando empiezan a morir una a una. Lo que se esperaba como una película de terror de cachondeo donde tías buenorras iban a morir una detrás de otra, fue más bien un capitulo de Sexo en Nueva York aburrido, con interpretaciones malísimas, diálogos infumables y sin argumento alguno. Lo más sorprendente y comentado el último día de la muestra, fue la presencia, antes de la proyección, de Chris Orchard, productor de los efectos especiales de una película sin efectos especiales de ningún tipo. ¿Cómo puede ser eso posible?
Día 4 en Syfy: Under the Skin
El cuarto y último día de la muestra, cierra una edición bastante floja en la selección y programación de las películas, comparada con ediciones anteriores. LFO dirigida por Antonio Tublén. La familia de Robert acaba de fallecer y él se dedica en todo momento a investigar las ondas de baja frecuencia hasta conseguir unas frecuencias capaces de hipnotizar al instante. Sus vecinos se convertirán en sus conejillos de indias. Con un cártel tan psicodélico y un tema como el de la hipnosis por ondas sonoras, la preocupación del público iba en aumento. Sin embargo, fue la sorpresa de la tarde. Una cinta de bajo presupuesto pero con un guión atrayente que te hace plantearte lo fácil que se puede manipular la mente del ser humano, una realización más que interesante y un personaje principal que te crea amor y odio por partes iguales. Por ponerle un pero, podría ser más corta y funcionaría igual de bien.
Jamie Marks is dead dirigida por Carter Smith. El cadáver de Jamie aparece junto al río. Poco después su compañero de instituto, Adam, intrigado por el suceso, comienza a investigar. Película que prometía imágenes bastante macabras y que, al contrario, se queda en algo tibio y sin saber qué ha ocurrido realmente. Las metáforas presentes y forzadas en toda la película acerca de la supuesta homosexualidad de los personajes provocan risa y quitan dramatismo a la cinta.
Splintertime, corto dirigido por Rosto. Los miembros de una banda de rock muertos viajan en una ambulancia, en un universo donde el tiempo y el espacio pueden intercambiarse como la vida y la muerte. Corto que te deja totalmente descolocado, como videoclip funcionaría estupendamente.
A girl who walks alone at night dirigido por Ana Lily Amirpour. En Bad City, ciudad marginal de Irán, una vampira vaga en busca de sangre. Cuando conoce a Arash su modo de vida cambia. Película en blanco y negro, con influencias del terror gótico, el western y las novelas gráficas. Un ritmo lento, planos muy abiertos y con una acción muy pausada o inexistente, una fotografía muy cuidada y una BSO muy llamativa, hacen una cinta muy interesante, pero quizás no adecuada para una muestra como el Syfy.
Ghost Train, corto dirigido por Lee Cronin. Michael y Peter vuelven cada año al parque de atracciones que iban de pequeños y donde desapareció su amigo Sam. Peter está decidido a contar la verdad. Cortometraje simple que cuenta una historia sin muchos artificios y por eso es tan fuerte. Además, cuenta con unas localizaciones y una fotografía estupendas. Después de verlo se ha echado de menos que hubieran más piezas similares en la muestra.
Y para terminar este fin de semana tan intenso, Under the Skin dirigida por Jonathan Glazer. Un extraterrestre adopta el cuerpo de una mujer atractiva y ronda en busca de hombres a los que sumerge en un líquido que acaba con sus vidas. Es una de esas películas que odias o amas, como se ha podido observar en la sala de cine. Es una película de cine de autor pura y dura, con muchos silencios, planos muy abiertos y sin apenas acción en ellos, con una estética muy cuidada, en definitiva, técnicamente es impactante. Sin embargo a lo largo de la historia deja demasiados cabos sueltos.
Este año el evento se ha caracterizado por una programación menos potente, lenta, romanticona y bastante peor programada que en ediciones anteriores. Consecuentemente para el público habitual de esta cita no ha conseguido crear el fabuloso ambiente de críticas, gritos y coñas al que tiene acostumbrado y ha caído en picado.
Se ha echado de menos más cine de autor, más risas, más sangre, más personajes imaginarios… El público pide echar la vista atrás y retomar costumbres como la sección de Phenomena o crear una sección similar a Trash entre amigos, y comentar películas bizarras y sin sentido. Pero sobre todo, que no falten las lunas.
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