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amos en un metro, nuestra mirada se dirige hacia alguien, alguien que busca a una persona, es uno más, un pasajero, un habitante más de su ciudad… Así empiezan los primeros minutos de El puente de los espías, ofreciéndonos uno de los grandes arranques del cine que podamos ver estas fechas, con un montaje y planos envidiables, que nos muestran la paranoia vivida tras los años de la Guerra Fría.
Tras esta primera secuencia promesa se nos presenta a nuestro antagonista y, digamos, objetivo de la previa persecución vista, un espía ruso en terreno americano. Acto seguido se nos presenta en montaje alterno a nuestro protagonista, un inteligente, carismático y valeroso vendedor de seguros llamado James Donovan, bien interpretado por Tom Hanks.
El puente de los espías cuenta la historia real de James Donovan, su defensa hacia el espía soviético y su posterior negociación e intercambio a cambio de un piloto americano caído en territorio de la URSS.
Spielberg relata la historia con una técnica impecable, como solo un veterano director de cine sabe hacer, y con un molesto y hábil maniqueísmo como al que solo Spielberg nos tiene acostumbrados.
En esta ocasión el guión está co-escrito por los Coen, cosa que puede verse en pantalla ya que el film está dotado de cierto humor y ese ingenio que caracteriza a los hermanos talentosos del Hollywood, a diferencia de la a ratos pesada Lincoln, El puente de los espías tiene ese humor y cómica agilidad que a veces funciona, y otras únicamente sirve para quitarle hierro a una historia que Spielberg ha decidido tratar de una manera algo ligera. El film está lleno de los típicos momentos que te sacan media sonrisa, debido a una situación irónica, impuestos malentendidos o por el propio carisma del personaje interpretado por Hanks.
El puente de los espías tampoco esta falta de esa tópica visión crítica al sistema y sociedad americana mostrándonos un mundo de puertas cerradas, acusaciones ilógicas e imparcialidad provocadas por el miedo a una amenaza rusa. Se nos presenta también una guerra de despacho, en la que los soldados actúan de títeres, de monedas de cambio y, en medio de todo este barullo, de dos películas claramente diferenciadas en una. De toda esta confusión y paranoia, está nuestra voz de la razón, la parte racional americana, un hombre tan sencillo que solo quiere dormir en su cama.
Con todos estos ingredientes cabe pensar que El puente de los espías es un buen film, o cuando menos un filme interesante, cosa que por supuesto es. Es éste último film de Steven Spielberg un buen film, pero es también una cinta vacía más allá de la técnica narrativa y la creación de atmósferas gracias en parte a una estilizada fotografía. Atrás quedan los años en los que Spielberg conseguía emocionarte con un plano de una niña corriendo con un vestido rojo entre medias de los horrores de la guerra.
Parece que El puente de los espías este diseñada para ser tan fría como el propio nombre que recibió este conflicto en América y la URSS, -ironías aparte-, tras un arranque vertiginoso, acompañada de una buena fotografía, y unas buenas interpretaciones, la película del director de Lincoln se despoja de todas emociones haciendo que el espectador empiece a compartir la sensación de cansancio que acompaña a James Donovan, sobre todo cerca del final de la misma cuando parece que ésta nunca acabe.
El puente de los espías es buena, entretenida, pero también algo cansada, tiene una técnica envidiable, un guión juguetón con buenos apuntes, pero más allá de su corrección formal y de sus pinceladas en el libreto no encontramos mayor interés. Algún tipo de “frase inspiradora” o “crítica” encontrará el espectador en el film, no se sorprenda si escucha frases como “no importa lo que la gente piense, usted sabe lo que pasó” o “tal y como estamos todos corremos peligro”, al fin y al cabo está viendo un maniqueísta y estilizado film de espías, dirigido, escrito e interpretado por gente que sabe lo que hace.
El puente de los espías
· Año: 2015
· Duración: 135 min.
· País: EE.UU
· Director: Steven Spielberg
· Guión: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen
· Fotografía: Janusz Kaminski
· Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Alan Alda, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston