L
a pederastia y los abusos sexuales en la Iglesia Católica siempre han sido temas muy delicados y difíciles de tratar. Es evidente que la importancia y el impacto social del catolicismo en Occidente ha sido enorme, pero no ha sido hasta hace unos años cuando su figura ha dejado de ser intocable. Los recientes escándalos destapados por equipos de investigación periodística –como el equipo Spotlight, al que da título la película– han generado tantas divergencias de opinión que se ha creado una brecha cultural entre los que apoyan a la Iglesia y los que la desprecian.
Precisamente atreverse a superar esta polémica hace que Spotlight sea una película valiente. Está dirigida con pulso y tiene claro lo que quiere contar y cómo hacerlo. Sin embargo, aunque su firmeza le da personalidad y carácter (lo que se ha visto reflejado en sus seis nominaciones a los premios Oscar), ese mismo pulso firme le genera algunos problemas de ritmo. Lo que cuenta es interesante, principalmente por estar basado en hechos reales y por analizar minuciosamente el proceso de investigación periodística. Ahora bien, su cadencia es poco emocionante porque está muy contenida, y su guión, si bien es fiel a los hechos, no es más que una simplificación de una investigación profundamente compleja. El conjunto queda acartonado y es poco dinámico.
En cuanto a los personajes, su gran abanico actoral también juega como un arma de doble filo. El reparto es de lujo y cumple sus dos funciones principales: canalizar la historia y vender en taquilla. El problema es que tener tantos personajes hace que sea imposible indagar en su personalidad, lo que los vuelve superficiales a ojos del espectador. Son simples marionetas que conducen la trama, pero siempre desde la distancia. Lo contrario pasaba en Todos los hombres del presidente, la cinta por excelencia sobre ‘investigaciones periodísticas’, donde los protagonistas, al ser solo dos, tenían mucha más profundidad y minutos de cámara.
La fotografía y la música son dos de los pilares más flojos de la cinta. La paleta cromática es muy sencilla y para nada innovadora. Tampoco se encuentran movimientos de cámara o secuencias atrevidas (no puedo evitar recordar aquel hermoso plano bifocal del final de la película de Alan J. Pakula), lo que denota falta de atrevimiento en los aspectos más formales. Por su parte, la banda sonora pasa inadvertida, y si aparece es tan solo para unir algunas secuencias.
En definitiva, Spotlight trata un tema subversivo de una manera muy simplificada. Explica muy bien cómo el equipo de investigación del Boston Globe destapó los cientos de casos de pederastia de curas en Massachusetts, pero la falta de profundidad de sus personajes y su tono casi documental la alejan de ser una de las mejores películas del año. Es mucho menos dura y atrevida de lo que esperaba. Los Oscar están a la vuelta de la esquina, y todas las competidoras lo tienen muy difícil ante El renacido. Spotlight, también.
Spotlight
· Año: 2015
· Duración: 121 min.
· País: Estados Unidos
· Director: Thomas McCarthy
· Guión: Thomas McCarthy, Josh Singer
· Fotografía: Masanobu Takayanagi
· Música: Howard Shore
· Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Brian d’Arcy James, Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena Wohl, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B. Kennedy, Duane Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul Guilfoyle, Michael Countryman