– ¿A qué estamos esperando? Dile a tu mujer que no sea tímida, ¡es ridículo! Estoy seguro de que no tiene michelines.
– Por favor… dejad que se vaya el niño. ¡Os lo pido por favor!
– Solamente tienes que decir a tu mujer: desnúdate.
-¡Te lo ruego!
– «Desnúdate, cariño.»
(…)
– Desnúdate.
– «Desnúdate, cariño.»
– Desnúdate, cariño.
– Bravo. ¿Qué había dicho yo? Ni un michelín. Y ahora vístete de nuevo.
Funny Games, Michael Haneke (1997)