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espacio. Las cosas bonitas se disfrutan despacio. Por eso, masticar con lentitud nos deja sabores intensos. Notamos entonces en el paladar el caminar lento de un caballo demasiado cargado y de un paisaje hermoso de algún lugar de Estados Unidos a finales del siglo XIX, cuando se sitúa la acción. En ese paisaje, también hostil, es en el que se posa la mirada de Jay Cavendish (Kodi Smit-McPhee) con unos ojos encendidos como hogueras en la noche.
Esas mágicas composiciones de color están perfectamente orquestadas; el ritmo lo pone la montaña, el bosque aporta la armonía y el tempo lo ofrecen los sonidos de los vientos que llenan de polvo el traje del joven escocés: ese chico aristócrata que se lanza al mundo para encontrarse con su amor.
Dicen que las únicas verdades absolutas son el amor y la muerte. En Slow West hay amor y hay muerte, y Jay no teme a ninguna de estas dos verdades a pesar de su aspecto enclenque. El chico no sabe lo que es el miedo, aunque le tiemble el pulso al tomar un arma entre las manos. El amor le da el coraje para atravesar un océano y un continente entero en busca de Rose, su Julieta escocesa.
Muy pronto llega a esta odisea western un rudo Michael Fassbender; perfecto, silencioso, contenido y eficaz. Interpreta al compañero en silencio, Silas Selleck, una sombra a caballo con una evolución armoniosa en ese periplo por el nuevo mundo.
El guión, del también director de la película de John Maclean, nos mece con diálogos breves y certeros, con un buen juego de silencios y sin artificios ni información superflua. Se dice lo que hace falta y se calla todo lo demás. Aquí se trata de acompañarles, de descubrirles, de entender y de mirar al horizonte.
De cuando en cuando llega la acción a romper la cadencia del relato. Un bofetón corto y medido de cierta adrenalina, con algo de humor negro, un par de ensaladas de tiros y alguna flecha, que estamos acercándonos al oeste, que nadie lo olvide. Y sí, perrerías varias a un personaje al que se adora desde el primer frame.
Al director británico John Maclean le ha salido una pieza única, que recuerda a la intención estética de los hermanos Coen y a la sensibilidad de True Story, de David Lynch. Ha sido capaz de crear un antihéroe enamorado que bien podría protagonizar alguna película de Wes Anderson pero… ni falta que le hace porque Maclean ha hecho algo suyo y propio.
Hasta el vestuario es especial en esta cinta. Define, muestra, expresa. Unos tirantes, una chaqueta de traje, unas botas o un abrigo de oso pardo están ahí cerrando el círculo. El resultado: una estupenda melodía que encaja.
Y sí, claro, también hay música. Las notas de Jed Kurzel acompañan la fotografía de Robbie Ryan, responsable también del color en Philomena (2013), y que en este caso ha conseguido una limpieza y una frescura de imagen propia de los más grandes y diferente a todo lo que has visto.
Acompañar a Jay en su viaje es una aventura bonita y tierna pero también es triste, aunque puede que encontremos algo hermoso en el momento más horrible…
Deja el sabor que tienen las cosas especiales que no se parecen a nada pero se acercan a muchas cosas. El diseño de personajes es otro acierto; un cura que no dice palabra, una familia de forajidos con un objetivo común, un hombre que encuentra el sentido de la vida cuando solo buscaba seguir con vida…
Sí, sobre eso va esta película. Sobre el sentido de la vida. Porque vivir no es solo estar vivo sino emplear esta vida en vivirla… Tiene sentido cuando ves cosas tan bonitas como esta película. Slow West abre nuevos caminos en el cine y nos regala un Oeste diferente, como nunca lo hemos visto, o muy pocas veces. Única. Como cada una de vuestras vidas, como cada una de las historias de amor, las correspondidas y los que se equivocan al lanzar la flecha.
Slow West
· Año:
· Duración: 84 min.
· País: Reino Unido, Nueva Zelanda
· Director: John Maclean
· Guión: John Maclean
· Fotografía: Robbie Ryan
· Reparto: Michael Fassbender, Kodi Smit-McPhee, Ben Mendelsohn, Brooke Williams, Rory McCann, Jeffrey Thomas, Caren Pistorius, Kalani Queypo, Stuart Martin, Tawanda Manyimo, Madeleine Sami, Michael Whalley, Andrew Robertt, Erroll Shand, Ken Blackburn