– ¿Que problema tienes Ted?
– Hola Bety. ¿Qué problema tengo? No tengo un problema, lo que tengo son problemas, en plural. ¿Quieres oírlos?
– Claro.
– Lo más reciente es lo de la habitación 309. Hay un aterrador gangster mexicano que no para de señalarme con el dedo. Sus queridos y horribles hijos me han hecho ir de culo. Hay un cadáver putrefacto de una puta muerta encajado en el somier de la cama de esa habitación. Al final, ha acabado ardiendo. Cogieron una aguja enorme sacado de dios sabe donde y la clavaron en mi pierna infectándome con dios sabe qué. Y finalmente, estoy yo que me voy de aquí en este puto instante. Buenas noches.
Four Rooms: The Misbehavers, de Robert Rodríguez
En el 95 visitamos junto a Ted (Tim Roth) cuatro de las habitaciones del hotel Mon Signor: la de Allison Anders, la de Alexandre Rockwell, la de Quentin Tarantino y la del aquí amigo Robert Rodriguez. The Misbehavers (Los niños malos) fue su propuesta para Four Rooms, hoy nos quedamos con esta secuencia. Otro día vemos el resto… Y de paso podemos ponernos a imaginar cómo habría sido la apuesta de Richard Linklater. Sí, se supone que este cineasta también estaba llamado a participar en la película. También se supone que la idea se gestó durante el Festival de Sundance del 92, año en el que tres de los directores firmantes: Anders, Rockwell y Tarantino, coincidieron e hicieron piña; Linklater probó Sundance un año antes que ellos y Rodríguez un año después… Los cinco tenían esto en común, a los cinco les movía lo mismo: las ganas de hacer cine, fuera como fuera. Ellos fueron estandarte -y aún pretenden serlo-, del cine independiente americano.
Si finalmente Linklater hubiera participado en el film habríamos visitado cinco habitaciones… Y estaríamos hablando de Five Rooms.