Crítica de ‘La señal’ de William Eubank
Hay películas que te atrapan desde el primer momento y, con ellas, resulta imposible desconectar o tomar aire entre secuencia y secuencia. Por desgracia, este no es el caso de La Señal, segunda película dirigida por el joven William Eubank y protagonizada por un enigmático Laurence Fishburne, un correcto Brenton Thwaites y Olivia Cooke, conocida por su papel en Bates Motel. Con una estética indie, Eubank realiza un film que se presenta durante la primera media hora como una mezcla de thriller y road trip entre tres amigos universitarios que van en busca de la señal de un hacker. Siguiéndole la pista llegan a un pequeño refugio abandonado y, a partir de ahí, la historia da un giro de 180º. De repente, los tres jóvenes se despiertan un bunker, adormecidos y desorientados, sin saber siquiera cómo han llegado ahí. En él habrá una serie de personas, lideradas por el Dr. Wallace Damon (Laurence Fishburne) que los someterán a pruebas de todo tipo: médicas, psicológicas, motrices… alegando que han entrado en contacto alienígena y que …