“La memoria es lo que rompe con la estabilidad”
E
l pasado viernes 29 de julio, mi compañera Marta Martínez y yo tuvimos la gran oportunidad de entrevistar a Matías Bize, director y guionista chileno de La Memoria del Agua. El tema de la película es una pareja que lucha por amor, algo con lo que todos podemos sentirnos identificados.
Milena y Marta: Lo primero que nos gustaría saber es cómo surge la historia. ¿Es acerca de un tema cercano a ti? ¿Cómo te sientas, haces la primera toma de contacto y piensas: tengo esta idea?
Matías BIZE: La historia empieza desde la estabilidad, la tranquilidad y el amor. En mis películas anteriores hablaba sobre el enamoramiento, las separaciones, y los reencuentros. En cambio, para La Memoria del Agua mi idea fue plasmar algo que rompiera con la estabilidad, como puede ser la muerte de un hijo. Junto con mi compañero guionista, Julio Rojas, nos imaginamos una pareja en la que el amor está en duda y quisimos crear una historia que fuese emocionante y conmovedora.
M y M: A lo largo de la historia percibimos que Amanda y Javier atraviesan distintas etapas en su relación. Lo interesante es que el guión cuenta con muy pocos diálogos y nunca se muestra una imagen de Pedro, el hijo. Entonces, ¿de qué manera plasmaste esta progresión en el guión?
M. BIZE: Ese fue el gran desafío que tuvimos y en el fondo me pareció interesante contar una historia con tan pocos diálogos. En esta película las miradas son vitales y el guión tiene que ver la mayoría de las veces con silencios y secuencias musicales. Mi propósito fue que el espectador se olvidase que está viendo una película y sintiera de verdad. Conmover de una manera elegante sin caer en la emoción fácil tiene que ver también con la sencillez de dejar la muerte del niño fuera y nunca mostrar su rostro.
M y M: La sutileza de la película no solo tiene que ver con el guión sino también con aspectos estéticos, ¿por qué te parece importante cuidar estos elementos a la hora de dirigir?
M. BIZE: Creo que en esta película lo interesante es esto (señalando sus ojos), las miradas de los personajes. Para concentrar al espectador en ese punto, lo mejor era utilizar primeros planos y poca profundidad de campo para dejar fuera todo lo que sobra. Los encuadres tan cerrados nos interesan para averiguar lo que sienten ellos. En ese sentido la película está hecha fundamentalmente a base de primeros planos. El sonido también es clave; nosotros escuchamos lo mismo que ellos están escuchando. Hay una escena en la que Javier va a una discoteca y en vez de dejar la música de la discoteca estamos oyendo lo que el siente. En ese sentido tanto la cámara como la música estaba pensada para primeros planos y que el espectador se sintiera dentro de los personajes.
M y M: En una entrevista para Leitmotif Elena Anaya cuenta que el personaje de Amanda había sido elegido especialmente para ella. Con la cantidad de perfiles de actrices que hay ¿cómo de repente surge la idea de que ella pueda ser la protagonista? ¿Y en el caso de Benjamín Vicuña?
“Benjamín Vicuña sufrió un caso muy similar al de la película, perdió a su hija… pero fue él quien se acercó dispuesto a ayudar”
M. BIZE: En primer lugar Elena siempre ha sido una actriz a la que he admirado mucho y con la que tenía ganas de trabajar, de hecho el guión fue escrito pensando en ella. La verdad es que me siento eternamente agradecido con la manera en la que los hechos se fueron dando. Una vez concluido el guión se lo mandé y ella me respondió con un mail precioso diciendo que sí o sí quería participar en la película. En el caso de Benjamín fue distinto porque sufrió un caso muy similar al de la película, perdió a su hija. Después de todo lo que había pasado en su vida me parecía demasiado delicado llamarle. Sin embargo, fue él quien se acercó dispuesto a ayudar. Cuando leyó el guión me dijo: “lo que usted escribió en este guión es de verdad; no hace falta cambiar ni una sola palabra”. Creo que fue como un regalo poder prestarle esa emoción al personaje y en ese momento supe que tenía que ser él quien interpretase el papel de Javier.
M y M: Siguiendo un poco la línea de la dirección de actores, ¿trabajas las circunstancias previas o te concentras en el momento presente? En definitiva, ¿de qué manera consigues sacar lo mejor de ellos?
M. BIZE: Con mucho trabajo y tiempo para cada escena. Estuvimos cerca de un mes ensayando y grabando junto al director de fotografía, pudiendo repetir o cambiar. En cuanto a técnica parto desde la base de saber lo que traen los actores más que trabajar circunstancias previas. Me gusta hacer una primera toma libre, luego dependiendo de lo que veo puedo ir guiando y probando otras cosas. Por mucho que una escena está escrita, debe descubrirse en ese momento y que sea de verdad. Creo que hay que conocer el porqué de cada diálogo, el porqué de esa mirada y el porqué de cada silencio.
M y M: Por último, ¿porque llamarla La Memoria del Agua?
M. BIZE: Por un lado, el agua está presente en todo el film, ya sea en la piscina, en el mar, en la nieve e incluso en las lágrimas. En cambio, la memoria, es fundamental en la relación de la pareja, porque es lo que rompe con la estabilidad. Ambos son dos elementos clave y por eso los juntamos en el nombre de la película.