“Nunca filmarás una escena mejor que ésta”, dijo Sergio Amidei (guionista junto con el propio director y Federico Fellini de Roma, ciudad abierta) a Roberto Rossellini cuando visionaron ese gran momento protagonizado por Anna Magnani. Lo hizo cuando menos medios tenía. La precaria situación impuso el Neorrealismo y poco después fue el Neorrealismo el que impuso otra situación, otra forma de hacer cine.
Carlo Lizzani nos recordó este momento de complicidad entre director y guionista en la sala de montaje -amén de otros tantos entresijos del rodaje de Roma, ciudad abierta- en su película Celuloide (1996). Hoy revisitamos la escena en cuestión… la real. Otro día volvemos con Lizzani.
Roma, ciudad abierta, de Roberto Rossellini