Buenos Días
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De cuando el cerdo de Murnau perdió la cabeza… al ‘Amanecer’

 

No, no es este un insulto a Friedrich Wilhelm Murnau ni mucho menos. Hoy nos enteramos de que su cráneo ha desaparecido de su tumba y por frívolo y macabro que parezca creemos que es algo positivo: para empezar ha sido una excusa perfecta para recordar su cine y su imprescindible aportación a la historia sin necesidad de recurrir a ningún tipo de aniversario. Y además de eso nos ha traído a la memoria una escena maravillosa que pocos suelen nombrar: la del cerdo que perdió la cabeza después de emborracharse con vino en Amanecer… ¡Disfrútenla señores!

Esta es la primera película que Murnau rodó en Estados Unidos, y… en cierto modo refleja el viaje que hizo el director desde Alemania hasta Hollywood de un modo simbólico: la de Amanecer es la historia del viaje de un hombre que se deja seducir por el lujo (la mujer de la ciudad, la ciudad en sí misma) pero que finalmente elige su esencia (su esposa, su pueblo). Murnau también se mantuvo fiel a su esencia en este film, no renunció a la estética expresionista, no renunció a hacérsela entender al público americano (la entendieron de lujo y le dieron tres premios Oscar por ello). Se lo puso fácil, pues la historia es sencilla y los personajes -un triángulo compuesto por un hombre, una femme fatale y una dama angelical-, son estereotipos, cumplen su función y poco más: la de representar la debilidad humana frente al mal y su fortaleza frente al bien. Pero tiene un valor añadido, el toque Murnau que solo se consigue a través de la técnica.

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