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e cuentan por millones los sujetos que se han dejado llevar por un fenómeno sin precedentes del que muchos otros se han servido no sólo para hacer convenciones anuales –entre las oficiales y las que no lo son-, sino auténticos experimentos sociológicos. Por eso, probablemente el episodio que rescatan los mallorquines Toni Bestard y Marcos Cabotá de Star Wars –un episodio que se gestó en el set de rodaje y se escribió entre reproches en páginas de periódicos-, sea de sobra conocido por los fans más devotos de la saga. Sin embargo, hay una parte considerable de la generación Star Wars que vive en la inopia, inmersa en el merchandising, que poco sabe de lo que se expone, a priori, en I am your father: que George Lucas cometió una –o varias- injusticias con David Prowse, el hombre que había bajo la máscara de Darth Vader. Sí, debajo había un hombre.
Nada que los más curiosos no sepan. Prowse no fue más que el cuerpo, James Earl Jones no fue más que la voz y Sebastian Shaw no fue más que el rostro que se pudo ver durante apenas dos minutos de Darth Vader. Prowse no supo que no iba a ser ni voz ni rostro del villano más famoso de la historia del cine hasta que lo vio en pantalla. Lo primero lo aceptó con resignación, pues su acento british le delataba. Lo segundo fue una puñalada que tras 35 años no ha dejado de doler.
Bestard y Cabotá hacen este documental por, para y con Prowse, para cerrar esa herida: para que el actor vea su rostro y no el Shaw en la mítica escena. Y de paso para crear un nuevo villano: George Lucas. Son los dos fundamentos que vertebran su película: reparación y venganza. Con unos objetivos tan claros, constancia y algo de obstinación –y ciertos conocimientos cinematográficos, evidentemente-, un guión suele ir bien. I am your father va bien. No es un argumento original el que desarrollan sus autores: no es la primera vez que alguien pretende demonizar al bueno de George, -el último intento, The People vs. George Lucas, de Alexandre O. Philippe-, tampoco es la primera vez que Prowse relata su punto de vista –de hecho lo hizo hace pocos años en sus memorias y siempre que alguien le pregunta-; tampoco es original el montaje, es simplemente correcto. Pero en conjunto el documental tiene garra, pues detrás hay una ilusión, un sueño, un reto, un empeño. La gente que pasa del dicho al hecho es digna de admiración.
Y… la cabezonería –la infinita curiosidad- tiene sus recompensas. Entre otras las de toparte con documentos o personas que te pueden llevar a dar la vuelta a ciertos ‘dogmas’. A demostrar, por ejemplo, que fue Prowse y no Lucas el primero en sugerir que Darth Vader podría ser el padre de Luke Skywalker…-una sugerencia que Prowse ha borrado de su memoria-. A demostrar, por ejemplo, que Prowse no fue tan ‘bocazas’ como dijo el cineasta cuando le acusó de haber revelado secretos de guión a la prensa. A demostrar, por ejemplo, que tirando del hilo siempre puede salir quizá no algo inédito, pero sí algo olvidado, algo interesante para regocijo tanto de los que ya lo saben todo como de los que no saben nada.
Yo, que no sabía nada, me he enterado así de que George Lucas es a David Prowse lo que J.J. Abrams es a George Lucas. O algo así… Porque sí, ahora es George Lucas el que se siente herido, ninguneado, menospreciado y vapuleado –quizá exagero- por quien ha dirigido la última entrega de Star Wars en particular, y por los ahora dueños de sus derechos, los señores de Disney, en general. George Lucas ha probado y saboreado su propia medicina y David Prowse ha encontrado su consuelo gracias al esfuerzo de dos fans. Será el karma… o el principio de causalidad.
I am your father
· Año: 2015
· Duración: 83 min.
· País: España
· Director:Toni Bestard, Marcos Cabotá
· Guión:Toni Bestard, Marcos Cabotá
· Fotografía:Nicolás Pinzón, Daniel Torrelló
· Reparto:David Prowse, Lou Ferrigno, Kenny Baker, Jeremy Bulloch, Gary Kurtz, Robert Watts, Manuel M. Velasco, Marcos Cabotá, Jonathan Rigby, Marcus Hearn