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Fui yo. Yo le maté

  – A las once de la noche del jueves, fui a nuestro chalet y encontré el cadáver de mi marido en la cama. Y aunque no lo haya dicho todavía, también se quién cometió el crimen… Fui yo. Yo le maté. No se qué hice con la pistola, debí tirarla por algún sitio. No recuerdo bien lo que… lo que ocurrió después. Sólo recuerdo que volví a casa y una vez allí se me vino todo encima. No podía llamar a nadie para desahogarme, no sabía qué hacer, sólo sabía que no volvería a ver a Manuel y eso me producía un dolor tremendo… No se cómo, se me ocurrió de pronto, para luchar contra aquella angustia, cogí una cámara de fotos y empecé a fotografiar los cuerdos de nuestra vida en común: fotografié la mesa de su escritorio, con los papeles como él los ordenó la última vez… su bolsa de deporte… la cama… su bata… el armario con sus trajes… el sillón donde él solía verme frente al televisor… fotografié incluso un par de sábanas preciosas que había comprado unos días antes y que ya …