Buenos Días
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¿Es muy cabezón? – No se ve todavía, tiene una dilatación de tres pesetas o 75 céntimos

 
– ¿Que ha pasado? ¡Di algo Lolita! ¿Cómo está la madre? ¿Lo ha tenido ya?
– No, lo estamos sacando, ya falta poco.
– Entonces… ¿por qué lloras?
– No lo sé… No te preocupes. Dice Mamen que todo va bien, ya asoma la cabeza.
– Pero… ¿es muy cabezón?
– No se ve todavía, pero tiene una dilatación de tres pesetas o 75 céntimos.

Adiós cigüeña, adiós (1971), de Manuel Summers

Decía Manuel Summers que no hay que tomarse la vida en serio y esa es precisamente la forma más seria de tomarse la vida… Qué pocas veces se ha tratado un tema tan peliagudo como el de los embarazos precoces de una manera tan inteligente. Cada vez que el mundo adulto recurre al mundo de los niños para encontrar una respuesta adecuada da en el clavo. Y este cinesasta dio en el clavo con esta película tan inocente como irónica. En este film los niños una pandilla asumen la responsabilidad de ser padres -todos ellos juntos-, ante el embarazo de una de sus amigas, una idea a priori inconcebible, que sin embargo abre la puerta a la comunicación sobre temas tabú -más en una época de censura como la que tocaba en aquel momento-, entre padres e hijos, indaga en las preocupaciones de los preadolescentes y el desprecio de los adultos por ellas.

Dicen que esta película fue el paso al cine comercial de Summers, hubo quienes se lo tomaron como una traición a su estilo -tampoco es que él lo tuviera definido-, pero Adiós, cigüeña, adiós tuvo una gran acogida entre el público, lo que sirvió a Summers para hacer una secuela con la misma temática y la misma pandilla de chavales: Este niño es nuestro.

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