Tras rodar este film, el bueno de Dreyer tardó doce años en rodar el siguiente, decir que fue un fracaso es decir poco. Fue su primera película sonora… más o menos… Vampyr iba a ser una película muda, después le añadieron los diálogos. Lo mismo da, pues la fuerza de esta historia no está en la palabra, sino en la imagen. El público tardó años en percatarse de que lo que había hecho el cineasta danés era una obra maestra, “la única película que realmente merece ser vista varias veces” según Alfred Hitchcock. Ahí queda eso…
Vampyr, de Carl Theodor Dreyer