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Crítica de ‘La sombra del actor’, de Barry Levinson

 

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ue Al Pacino, productor y actor protagonista de La sombra del actor, el que después de leer la novela de Philip Roth en la que está basada, se la mostró al director Barry Levinson con la idea de llevarla al cine. Claramente la novela atrajo a Al Pacino por hablar de un mundo que él conoce mejor que nadie, el del teatro y la interpretación, pero no es solo eso, sino que nos cuenta la historia de un actor mayor que empieza a perder sus dotes interpretativas. Esto podría parecer un paralelismo con la vida de Al Pacino, si bien él sigue demostrando en este y en sus últimos trabajos que está muy lejos de perder su talento como actor.

Simon Axler (Al Pacino), el veterano y aparentemente senil actor que protagoniza la historia, parece haber llegado a un punto final en su carrera. Sus habilidades interpretativas parecen haberse desvanecido y un incidente en su última obra provoca un escándalo que le hará decidir retirarse definitivamente del escenario. Tras intentar suicidarse es ingresado en una clínica y después de unas semanas de tratamiento vuelve a su casa. Una vez de vuelta en casa conoce a la joven Pegeen (Greta Gerwig) con la que empieza una relación, que junto con otras interacciones con distintos personajes un tanto disparatadas lleva a pensar que no está totalmente rehabilitado y siempre se mantiene cierta duda sobre si estas situaciones están pasando de verdad o si está todo en su cabeza.

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“Como actor, me he dado cuenta, de que me está costando separar una escena de una obra de los hechos de la vida real”. Esta frase que le dice Simon a su terapeuta en una de las sesiones que tienen a través de Skype a lo largo de la película resume el estado en el que se encuentra mentalmente y la sensación de descoloque que transmite la película. Resulta complicado discernir qué está pasando en la vida real de Simon y qué está simplemente en su cabeza, tanto para él como para el espectador. Esto puede resultar en una sensación de desorden y una dificultad a la hora de entender la caótica estructura del guión, pero en definitiva consigue al menos ponernos así en la piel del protagonista. Esto también lo consigue Barry Levinson con su dirección, que utiliza en ciertos momentos extraños encuadres y movimientos de cámara inesperados que vagan por el entorno del actor incluso perdiéndole de vista en algunos casos.

Podría parecer que de esta historia resulte una película excesivamente dramática pero en todo momento mantiene cierto tono de humor e incluso arranca unas cuantas carcajadas, otro de los buenos puntos es la interpretación de Al Pacino y de Greta Gerwig que también hace un buen trabajo en su papel como la joven Pegeen, que no hace más que añadir al caos creciente en la vida de Simon junto con los absurdos personajes que atrae a su vida como son sus antiguos amantes que insisten recuperar el interés de Pegeen o sus padres que no consienten su relación. Entre ellos y una mujer que Simon conoce en la clínica que insiste en acosarle pidiéndole que mate a su marido, acaban hundiéndole más en su decadente estado mental.

 

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La sombra del actor
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· Año: 2014
· Duración: 112 min
· País: Estados Unidos
· Director: Barry Levinson
· Guión: Buck Henry, Michal Zebede (Novela: Philip Roth)
· Fotografía: Adam Jandrup
· Reparto: Al Pacino, Greta Gerwig, Dianne Wiest, Kyra Sedgwick, Charles Grodin, Dylan Baker, Dan Hedaya, Maria Di Angelis, Nina Arianda, Victor Cruz, Li Jun Li

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