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Ausencias, memes, críticas y meteduras de pata: así fue la gala de los Óscar

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a noche de los Oscar 2017 será recordada por sus últimos minutos. El equipo de La La Land subía emocionado al escenario después de que Warren Beatty y Faye Dunaway la proclamasen vencedora en la categoría de mejor película. Pero algo salió mal. El sobre que habían entregado a los veteranos actores de Bonnie & Clyde era la copia de aquel que acreditaba a Emma Stone como mejor actriz. Beatty se dio cuenta de que algo iba mal: manoseaba nervioso el sobre, le daba varias vueltas y al final le encasquetaba el marrón a su compañera, que leyó, sin pensárselo dos veces, el único título de película que aparecía en la nota debajo del nombre de la actriz: La La Land.

Mientras los ganadores subían al escenario y daban su discurso de agradecimiento, Jordan Horowitz, uno de los productores del musical, se acercaba al micrófono y decía que no, que La La Land no había ganado, que se trataba de un error y que Moonlight era la vencedora. “No es una broma”, proclamaba después de arrancarle –literalmente- de las manosa Warren Beatty la tarjeta con el nombre del vencedor (ya corregida) y mostrar que el drama racial de temática homosexual de Barry Jenkins era el verdadero campeón. El público, descuadrado ante tal metedura de pata, se levantaba y aplaudía. Nadie tenía muy claro a quién mirar.

Este momento insólito pasará a la historia como uno de los más polémicos y crueles –al menos para los productores de La La Land– de la historia de la ceremonia (y por ende de la Historia del Cine). Probablemente Trump, que no dio señales de vida durante toda la gala a pesar de ser uno de los centros de atención, se estaría riendo a carcajadas ante el descontrol que se vivió anoche en el escenario.

La auditoría PricewaterhouseCoopers (PwC), la empresa que se encarga de recibir, contabilizar a mano y velar por los resultados de los Oscar, ha pedido disculpas por el error a través de un comunicado y ha asegurado estar investigando las causas de este suceso. “Pedimos perdón sinceramente a Moonlight, La La Land, Warren Beatty y Faye Dunaway y a los espectadores de los Óscar por el error que fue cometido durante el anuncio a Mejor Película”, expresaba el texto. Aunque el daño ya estaba hecho.

A pesar del desastre en la entrega del galardón principal, el resto de la gala se desarrolló con normalidad. La 89 edición de los Óscar hizo hincapié en el progresismo que caracteriza la industria artística hollywoodiense y criticó al presidente Trump, uno de sus principales enemigos desde que este alcanzara la Casa Blanca. Jimmy Kimmel lanzó durante la noche varias ‘pullas’ hacia el recién elegido mandatario del país: “¿Recuerdan el año pasado cuando se decía que los Óscar eran racistas? Ahora, gracias a Donald Trump, los Óscar ya no son racistas” o “El show está siendo visto por unos 225 países que ahora mismo nos odian” son algunas de las frases más emblemáticas del cómico. También envió un tweet a @POTUS durante la gala donde le preguntaba si aún estaba despierto y que se hizo viral en pocos minutos.

Como crítica a las recientes medidas del mandatario estadounidense también se ausentó otro de los protagonistas de la noche, el iraní Asghar Farhadi, cuya obra El Viajante se hizo con el Óscar a mejor película extranjera. El cineasta defendió su actitud y dijo no ir en homenaje a todos los países que han sido víctimas de una falta de respeto (en referencia a la polémica medida migratoria tomada por Trump). Por su parte, los actores Gael García Bernal y Warren Beatty y la presidenta de la Academia, Cheryl Bone Isaacs, criticaron la situación que vive el país y la falta de tolerancia que caracteriza la nueva legislatura republicana.

Los protagonistas de la noche

Del hashtag #OscarsSoWhite de 2016 al #OscarsSoBlack de 2017. Moonlight, el drama racial sobre un joven de color que reprime su homosexualidad desde pequeño, fue el gran vencedor de la noche. La película de Barry Jenkins aspiraba a ocho estatuillas, de las cuales ganó tres. Una de ellas fue para el actor Mahershala Ali, quien interpretaba en la cinta a Juan, un vendedor de drogas que acoge en su casa al joven protagonista.

Destacó la presencia de tres dramas raciales en los nominados a mejor película. Aparte de Moonlight estaban Figuras Ocultas y Fences. La primera, que llevaba tres nominaciones a la espalda, se quedó sin nada. Sin embargo Fences recibió el premio a mejor actriz de reparto gracias a la interpretación de Viola Davis, quien le arrebató el galardón a las otras dos favoritas de la noche: Isabelle Huppert y Natalie Portman, esta última ausente durante la ceremonia debido a su embarazo.

A pesar del mal trago final, La La Land se llevó a casa seis premios de los catorce a los que aspiraba, entre ellos los de mejor director para el cineasta de 32 años Damien Chazelle (el más joven en obtener el Óscar en la historia) y el de mejor actriz principal para Emma Stone, quien encabezaba el reparto con un Ryan Gosling que perdió frente a la descomunal interpretación de Casey Affleck en Manchester frente al mar. Esta última también se llevó el premio a mejor guion original, recogido por Kenneth Lonergan, director del melodrama.

Las tres grandes derrotadas de la noche fueron La llegada, Lion y Comanchería que aspiraban, respectivamente, a ocho, seis y cuatro Óscar, de los cuales solo la primera recibió uno a mejor mezcla de sonido. Por su parte Hasta el último hombre, el drama bélico de Mel Gibson (también nominado a mejor director), dio la sorpresa y recibió dos premios técnicos: mejor montaje y mejor sonido.

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